Vivimos en un
más raro que un te amo en un burdel. Donde hay gente que quiere currar, pero no le dejan. Y si no trabajan, a ver... ¿Cómo se paga la subida de sueldo de los funcionarios?
Desde luego, estamos tan desorientados como un encuestador. Y más perdidos que el barco del arroz. Ése que empaquetado se va a convertir en la estrella del banco de alimentos.
Y es que ya no vemos por dónde nos vienen los tiros. Que de tan políticamente correctos que somos -no se vaya a molestar la cacatúa de la vecina (el ave, no la pobre mujer)- los piratas se han hecho políticos. Y los salteadores ya son asesores. Y legión, por cierto.
Mercenarios con sueldo, casa y huerto. Por si la cosa se pone del revés y no hubiera otro sitio donde tomarse un triste café. Que al paso que vamos...
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